por Fco. José Alonso Rodríguez, 03 de Noviembre de 2025.
“el último presidente de la República española, y por qué fue enterrado con una bandera de México”

El 3 de noviembre de 1940 falleció en el exilio en Francia (Montauban) Don Manuel Azaña, político y escritos, presidente del Consejo de Ministros y presidente de la Segunda Republica.
En enero de 1939, cuando empezó a hacerse aún más evidente la derrota de la Republica en la Guerra Civil, Azaña dimitió como presidente de la República española (en carta de renuncia al presidente de las Cortes, Diego Martinez Barrios, en febrero de 1939) e inició un viaje que le conduciría hasta Francia y el exilio.
El comienzo de la Segunda Guerra Mundial, con la invasión alemana de Polonia a comienzos de septiembre de 1939 y la posterior invasión alemana de Francia, en junio de 1940, puso de manifiesto que su exilio no resultaba parecía demasiado seguro, soportando el acoso de las nuevas autoridades españolas, ansiosas de conseguir su extradición.
Manuel Azaña se encontraba enfermo y agotado y solo llegar a Francia sufrió un grave infarto celebrar que le afectó al habla y le provocó parálisis facial. Un mes después, parecía sin embargo estar bastante recuperado. Con todo, a finales de octubre sufrió una nueva recaída de la que no se podría recuperar. Sus sus restos fueron depositados en el cementerio de Montauban (Francia).

El mariscal Pétain prohibió que se le enterrara con honores de jefe de Estado: solo accedió a que fuera cubierto su féretro con la bandera española, a condición de que fuera la bicolor rojigualda tradicional y de ninguna manera la bandera republicana tricolor. El embajador de México decidió entonces que fuera enterrado cubierto con la bandera mexicana, Según explica en sus memorias, le dijo al perfecto francés.
“Lo cubrirá con orgullo la bandera de México. Para nosotros será un privilegio, para los republicanos una esperanza, y para ustedes, una dolorosa lección.

En torno a las 11 de la mañana del 5 de noviembre de 1940, un cortejo fúnebre con cientos de refugiados republicanos españoles recorrió las calles de la pequeña ciudad francesa de Montauban.
Al frente, los principales miembros de la legación diplomática mexicana ante el régimen colaboracionista de Vichy, como se llama informalmente al régimen político instaurado por el mariscal Philippe Pétain simpatizante del nazismo.
Bajo la atenta mirada de las fuerzas de seguridad, el féretro de Manuel Azaña, último presidente de la II República española, llegó al cementerio en el cual sus restos reposan desde 1940. Lo cubría una bandera de México.
El exmandatario había fallecido dos días antes en el modesto Hôtel du Midi, donde, muy debilitado y perseguido por agentes franquistas y la Gestapo, había pasado sus últimas semanas con vida.
Desde aquí quiero agradecer al Gobierno Mexicano de entonces que sufrago toda la estancia de Don Manuel Azaña y familia en su corto exilio en Francia y su mujer Dolores Rivas Cherif y familiares partieron para su exilio mexicano.
La sepultura de Don Manuel Azaña es propiedad de la familia Rivas Cherif y no han aceptado nunca que sus restos regresen a España.
Francisco José Alonso Rodríguez. – Politólogo. – Sociólogo. Secretario General de Pancal-URCi
